CARACAS.- Jeannette Lara de Kitawaki es la madre de Jun, Ricky y Kenji, tres hermanos japoneses con un estrecho vínculo con Venezuela.
“Los tres llevan las dos nacionalidades en el corazón”, y también el gusto por el balompié: “Jun, el mayor, jugó fútbol toda su vida, pero nunca profesional y se dedicó a la ingeniería. Kenji, que es el menor, está todavía en la universidad y va a representar a Japón desde el 18 de julio en una competición en Singapur”, relata la caraqueña.
Ricky, de 26 años, es el que sí conoce lo que es la vida del futbolista profesional, luego de militar siete años en Paraguay, los últimos cuatro en Primera División con Tacuary.
“Comencé a jugar fútbol siguiendo a mi hermano mayor y porque me gustaba mucho un animado, Supercampeones, que aquí en Japón se llama Captain Tsubasa. Mi primer club fue Tokio Verdy, que ahora está en Segunda División. Siempre soñé con jugar en Latinoamérica y se me presentó la oportunidad de ir a probar a Paraguay, me quedé, jugué profesional y unos meses atrás que terminé contrato decidí volver a Japón”, relata el futbolista, que puede desempeñarse como lateral derecho o volante defensivo y es ficha de Júbilo Iwata.
Aparte de manejar a la perfección el español, que le costó mucho cuando niño, son muchas las cosas que vinculan a Ricky Kitawaki con Venezuela: “He viajado varias veces al país. La mayoría cuando era niño y recuerdo que jugaba con mis vecinos, visitaba a mis familiares allá, iba a la playa y sentía un ambiente especial que no se encuentra en Japón”.
La comida criolla también está en el menú del nipón: “me gusta la arepa, rosquitas, pabellón criollo, empanadas y helados”. Finalmente, despejando dudas sobre lo que conoce del país, repasa: “hay mucho petróleo y frutas ricas, el presidente es Hugo Chávez y ahora en octubre va a elecciones” y unos cuantos datos más soltó.
Su madre recuerda que llevó a los Kitawaki a “Mérida, Puerto La Cruz, Catia La Mar, Macuto”, aunque a Ricky se le ha complicado regresar.
“Como estaba en Paraguay muchas veces quise ir a Venezuela, pero siendo futbolista me es difícil conseguir tiempo”, expuso el jugador, que se declara “fanático” de la Vinotinto: “Me sorprende y alegra cómo ha ido creciendo el fútbol de la selección venezolana. Hasta soñé, y en el fondo sigo soñando, con jugar con Venezuela”.
A esa confesión agregó que “no he tenido contacto con jugadores venezolanos todavía, pero se comunicó conmigo alguien de la Federación. Lamentablemente, esa vez no se concretó nada. Mientras siga siendo jugador seguiré soñando con serlo en la selección”.
El próximo juego de la selección nacional es contra Japón en suelo asiático (15/08), así que Kitawaki podrá estar más cerca que nunca de la Vinotinto.
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