Irán le dejó trabajo a Venezuela para el 2019
La Vinotinto volvió a comparecer a las canchas y esta ocasión- ante Irán
-ofreció una imagen más irregular que ante los nipones. El resultado de
1-1 puede considerarse como “positivo”, más al ver lo que ocurrió en el
terreno de juego, en el que la suerte y un gran Faríñez salvaron el
empate.
Para el conjunto de Rafael Dudamel
el duelo ante Irán representó el último partido del año; sin embargo
tras observar algunas cosas puntuales en el desarrollo del mismo, las
conclusiones que dejaron los persas fueron muy variadas.
Los laterales naufragaron
Uno de los aspectos que quedaron palpables
del enfrentamiento entre criollos e iraníes, fue la tibieza con la que
se desempeñaron ambos laterales venezolanos: Ronald Hernández y Bernardo Añor.
El lateral derecho estuvo regular gran
parte del partido, pero mediada la segunda mitad comenzó a sufrir… y
mucho. Aunque el trivote criollo trató siempre de achicar agua, la poca
implicación de Córdova en defensa y el mismo partido irregular del
jugador del Stabaek hicieron que padeciera a Gholizadeh, Ghoddos y compañía; no obstante, nadie sufrió tanto como Añor.
Para el lateral izquierdo fue un verdadero
suplicio todo el duelo. Casi todos los ataques se volcaron por su banda
y Machís, que apareció solo en el gol, no se acordó nunca de la
defensa. Añor se vio completamente superado y errático en un debut en el
que cometió errores, como entregas a rivales y rechazos a donde no
debía, que pudieron costarle muy caro a la selección.
Todos esos fallos, principalmente del
costado zurdo, se combinaron con el hecho de que su aportación en ataque
fue nula, algo que el combinado llanera había venido aplicando en sus
últimos encuentros y ante los persas esa faceta brillo por su ausencia.
Un trivote que no funciona
La fórmula del trivote se utilizó en esta doble fecha FIFA; pero si contra Japón
generó dudas, ante Irán se comprobó que está bien lejos de desempeñarse
como quiere Dudamel, por no decir de lleno que no funciona.
Tomás Rincón, Yangel Herrera y Junior Moreno
no cumplen las mismas tareas; sin embargo sus posiciones en el campo
los hacen muy similares. En el apartado defensivo y de repliegue tratan
de cumplir y aportar, aunque en ocasiones se ven superados como ante
Irán, no obstante en lo que se refiere al ataque ahí es donde quedan a
deber y poco se les puede culpar, porque sus características de juego
poco tienen que ver con esas cualidades.
Si bien Rincón y, en menor medida, Moreno
lo intentan (el capitán dio el pase para el gol), su función principal
no es esa, por eso se entiende menos la inasistencia en el trivote. Tal
vez se desee aplicar para más dominio en el medio y enfocarse en atacar
por las bandas, pero no se ve ni lo uno ni lo otro.
La ausencia de un “10” hace que se
distancie más el mediocampo con el delantero de turno (Josef Martínez
casi ni la tocó ante los iraníes), además de que aumenta la falta de gol
por la que está pasando la Vinotinto. Tal vez el trivote funcione para
partidos específicos, pero si lo que se busca es el gol, esa no parece
ser la vía para conseguirlo.
Revulsivos que suelen mejorar la cara del equipo
Ante Irán se volvió a demostrar que los
jugadores que vienen de la banca le dan un nuevo aire a la Vinotinto, no
solo por el hecho de que son gente fresca la que ingresa, sino que
también hacen que el sistema táctico cambie y el equipo se beneficia.
Savarino, “Cariaco” González, Eduard Bello, Jhon Murillo, Andrés Ponce…
en cada una de las ocasiones en las que han venido del banquillo han
rendido en forma de buen juego, asistencia o goles. Frente a los
iraníes, para no ir tan lejos, la entrada de Savarino ocasionó que
Venezuela tuviera alguien que creara jugadas y el ritmo del partido
cambió a favor de una selección criolla que comenzó a atacar más.
Si bien fungen como buenos recambios, su
ingreso desde el inicio del partido le podría otorgar otras variantes al
equipo. Sin embargo, si Dudamel los tiene en el banco sabe que puede
contar con varios futbolistas que pueden darle una vuelta a una
situación difícil.
Pruebas donde no son necesarias
El conjunto criollo no ha repetido
alineación en ninguno de los seis amistosos que enfrentó en este 2018,
algo que es entendible dado que tras tantos meses si jugar se necesitaba
probar piezas de cara a las venideras competencias; sin embargo, hay
puestos en los que seguir probando se hace contraproducente.
Otros puestos como los de Otero y el acompañante definitivo de Rincón
tampoco deberían rotar, porque para la Copa América no falta mucho y
mientras más compenetrado esté el equipo en esas posiciones claves, pues
mucho mejor.
Rincón y Faríñez aportan luz
Con algunas cosas que mejorar la selección
cuenta con algunas buenas actuaciones en cada partido, pero hay dos
baluartes que nunca defraudan o por lo menos mantienen el nivel cada vez
que se enfundan la elástica vinotinto.
Rincón pone su entrega a servicio del
equipo, algo que siempre hace, pero en estos últimos encuentros su
experiencia táctica le ha permitido aportar tanto en el repliegue como
en la recuperación. Su voracidad lo hace llegar casi siempre a
posiciones de disparo y, aunque no es su labor, también a crear
ocasiones de gol.
El capitán no se esconde y en esta doble fecha rindió a un gran nivel, con gol (ante Japón) y asistencia (Irán) demostró que con la Vinotinto siempre rinde.
Finalmente, con Faríñez en el arco se
tiene a un verdadero superhéroe. Si Thanos destruyó a la mitad del
universo Marvel, no sería extraño que reclutaran al joven portero
venezolano para que prestara sus servicios a Los Vengadores.
Su parada en los primeros compases del partido con todo el cuerpo, al estilo Casillas,
fue superlativa. Y no solo esa; ya sea con las manos, pies o rodilla el
de Nuevo Horizonte es el pilar que sostiene el marco venezolano.
En el pasado el portero de Venezuela
siempre destacaba, pero no hay dudas que con Faríñez la figura del
guardameta sobresale por encima del resto y lo pone como el mejor de una
selección que se compone desde sus paradas.
Venezuela no volverá a reunirse hasta
mediados de marzo, en la próxima fecha FIFA, hasta entonces Dudamel
tendrá varias cosas que pensar con respecto al equipo que se medirá en Brasil en la próxima Copa América de 2019.