LONDRES.- Tal vez internamente todos los involucrados se estén preguntando a estas alturas si hicieron bien. Tal vez no. Lo cierto es que el desacuerdo sobre la designación de un entrenador pudo haber sido el factor que conspiró en contra de las posibilidades de la abanderada Fabiola Ramos, eliminada ayer en la primera ronda del tenis de mesa por la húngara Kriztina Toth, otra veterana de cinco Juegos Olímpicos al igual que la criolla.
Todos comenzó en marzo, cuando Ramos se ganó el cupo a Londres de la mano de Francisco "Pancho" Seijas, y a su regreso del Preolímpico Latinoamericano con la petición de que en la cita de verano la dirigiera Miguel González, el entrenador que según ella rescató su forma en este ciclo olímpico.
La historia continuó con la federación negándose a considerar su solicitud y ratificando a Seijas, que desfiló el viernes con la delegación y llegó a un récord personal de seis Juegos Olímpicos como entrenador, desde los tiempos de Elizabeth Popper.
Terminó con la silla de Seijas vacía en la Arena de tenis de mesa del Excel, con Ramos pidiendo tiempos técnicos para retirarse a reflexionar sobre su propio juego, decidida a llevar hasta las últimas consecuencias su decisión de no dejarse dirigir por Seijas.
"Yo lo quiero mucho, las cosas que él y Papelón (el presidente de la federación Oswaldo Borges) me han dado no se borran así como así, pero yo les había dejado claro a los dos mi decisión", comentaría luego Ramos, que perdió en el máximo de siete sets un partido que pudo haberse inclinado a su favor desde el quinto.
"Fue una decisión conversada entre los dos, de Fabiola y de Pancho, que nosotros respetamos porque los respetamos mucho a los dos", comentó Franklin Cardillo, director técnico de la delegación venezolana, consultado sobre el hecho.
Para Artemio Leonett, en cambio, fue una sorpresa ir a ver jugar a su abanderada y comprobar que lo hacía sin entrenador que la asistiera en los momentos de duda.
"Mi preparación la hice sola, porque ya estaba planteada esta situación, y me acostumbré a resolver yo misma mis cosas", aseguraba Ramos, que insistía en que la falta de un entrenador no incidió en su resultado de ayer. "Mi hermana (la también jugadora María Ramos) estaba en las gradas y me gritaba, me daba consejos".
Quién sabe si anoche al poner la cabeza sobre la almohada, los tres involucrados, Ramos, Seijas y Borges, habrán repasado sus acciones como quien analiza un partido. Quién sabe.
UNA LARGA AGENDA
Fabiola Ramos salió de escena el primer día, pero se quedará en Londres junto a la delegación hasta el último. Su boleto de regreso está sellado para el 13 de agosto, porque antes debe ser de nuevo abanderada en la ceremonia de clausura. Por lo menos hasta mañana contará con la compañía de su hermana María y su padre José, a quienes regaló el pasaje y el alojamiento para que la acompañaran en su momento estelar.
Su paso por Londres será ahora por sitios turísticos y no deportivos. "Será que vamos al Big Ben, a ver el cambio de guardia, tenemos bastantes opciones para pasear", evaluaba la maracucha, que pospone para el 15 de septiembre, el día de su cumpleaños, la decisión sobre su continuidad en el tenis de mesa.
Todos comenzó en marzo, cuando Ramos se ganó el cupo a Londres de la mano de Francisco "Pancho" Seijas, y a su regreso del Preolímpico Latinoamericano con la petición de que en la cita de verano la dirigiera Miguel González, el entrenador que según ella rescató su forma en este ciclo olímpico.
La historia continuó con la federación negándose a considerar su solicitud y ratificando a Seijas, que desfiló el viernes con la delegación y llegó a un récord personal de seis Juegos Olímpicos como entrenador, desde los tiempos de Elizabeth Popper.
Terminó con la silla de Seijas vacía en la Arena de tenis de mesa del Excel, con Ramos pidiendo tiempos técnicos para retirarse a reflexionar sobre su propio juego, decidida a llevar hasta las últimas consecuencias su decisión de no dejarse dirigir por Seijas.
"Yo lo quiero mucho, las cosas que él y Papelón (el presidente de la federación Oswaldo Borges) me han dado no se borran así como así, pero yo les había dejado claro a los dos mi decisión", comentaría luego Ramos, que perdió en el máximo de siete sets un partido que pudo haberse inclinado a su favor desde el quinto.
"Fue una decisión conversada entre los dos, de Fabiola y de Pancho, que nosotros respetamos porque los respetamos mucho a los dos", comentó Franklin Cardillo, director técnico de la delegación venezolana, consultado sobre el hecho.
Para Artemio Leonett, en cambio, fue una sorpresa ir a ver jugar a su abanderada y comprobar que lo hacía sin entrenador que la asistiera en los momentos de duda.
"Mi preparación la hice sola, porque ya estaba planteada esta situación, y me acostumbré a resolver yo misma mis cosas", aseguraba Ramos, que insistía en que la falta de un entrenador no incidió en su resultado de ayer. "Mi hermana (la también jugadora María Ramos) estaba en las gradas y me gritaba, me daba consejos".
Quién sabe si anoche al poner la cabeza sobre la almohada, los tres involucrados, Ramos, Seijas y Borges, habrán repasado sus acciones como quien analiza un partido. Quién sabe.
UNA LARGA AGENDA
Fabiola Ramos salió de escena el primer día, pero se quedará en Londres junto a la delegación hasta el último. Su boleto de regreso está sellado para el 13 de agosto, porque antes debe ser de nuevo abanderada en la ceremonia de clausura. Por lo menos hasta mañana contará con la compañía de su hermana María y su padre José, a quienes regaló el pasaje y el alojamiento para que la acompañaran en su momento estelar.
Su paso por Londres será ahora por sitios turísticos y no deportivos. "Será que vamos al Big Ben, a ver el cambio de guardia, tenemos bastantes opciones para pasear", evaluaba la maracucha, que pospone para el 15 de septiembre, el día de su cumpleaños, la decisión sobre su continuidad en el tenis de mesa.
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