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Para los vinotintos el gran fallo ante España fue no mantener la línea de juego |
“Hicimos un mal partido. Siempre que venimos de una buena racha nos toca recibir un coñazo y levantarnos”, apuntó el volante, notablemente herido en su orgullo competitivo.
“Ahora tenemos que ponernos todos el traje de obrero. No dependemos de figuras en esta selección. Lo nuestro es la entrega, el trabajo defensivo, aprovechar las que tenemos”, así resumió Rincón la apuesta vinotinto que ha dado frutos en tiempos recientes, con características de juego que no se vieron sobre la cancha de La Rosaleda.
“No tuvimos personalidad. Además, fue un mal día ante los mejores del mundo y eso nos lleva a pasarla mal”, agregó el jugador, regular del Hamburgo alemán, y quien es el segundo capitán de la representación patria.
Palabras similares tuvo César González, otro de los caballos al interior del grupo, por su amplio rodaje con la vinotinto. “Este partido te deja una gran enseñanza. Cuando dejamos de ser un equipo de obreros en la cancha te pasan estas cosas. Nos olvidamos de ese que es nuestro juego”, comentó “Maestrico”, más sereno, lejos del estadio en que la selección nacional vivió una pesadilla sin precedentes recientes.
“El grupo se vio confundido. Nos relajamos y ante el campeón del mundo si eso pasa, te marcan diferencia”, prosiguió el jugador de River Plate, gran ausente del once de Farías, y uno que bien sabe lo que es ese trabajo de obrero, de ida y vuelta y mucho desgaste.
Pero no fue ese el único aspecto en el que coincidieron Rincón y González. Ambos también creen que la bofetada que le dio la roja a Venezuela sirve para poner los pies en la tierra y dejar claro que hay mucho trabajo por delante.
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