Un gol en propia puerta de una de las sensaciones del Levante, Ghezzal, ha servido para que el Málaga duerma en puestos de Champions League, en detrimento de los azulgrana, que vuelve a caer a los puestos de Europa League. El conjunto de Manuel Pellegrini mostró su mejor rostro y, de nuevo liderados por la innegable calidad técnica de Isco y el constante peligro de Rondón, los malacitanos se han llevado tres vitales puntos, aunque por un resultado mucho más abultado.
El delantero venezolano se mantuvo prácticamente durante los noventa minutos en el área de Munúa, que se mostró más que seguro bajo palos. La primera mitad fue un monólogo total de los locales, que no dejaron respirar a los de Juan Ignacio Martínez, que hasta el minuto 40 no se acercaron a Caballero. Nada más volver del descanso, una falta en el área que iba en dirección a Rondón se encontró con la cabeza de Ghezzal que, sin querer, despistó al cancerbero levantinista y se marcó en propia puerta.
Los hombres de Pellegrini no supieron rematar el encuentro, sino que el Levante comenzó a sus mejores minutos. Una triangulación entre Koné y Del Horno provocó el miedo en la grada malaguista, pero no fue más que un avance de la gran ocasión de los granotas. Caballero salvó a su equipo con una mano milagrosa en el minuto 80 de partido, una ocasión que revolucionó el final del partido, aunque nada cambió.
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